¡Un caracol dorado! fue mi segunda publicación en La Paloma de Papel de Ediciones Marte.
Está ilustrado por Javier Arasti. La Chicharra gritona estaba ilustrada por Isidoro González-Adalid con un estilo más infantil, acorde con la edad de sus lectores.
Este cuento, aunque dirigido también a primeros lectores, es para niños un poco más mayorcitos. Su protagonista, Jorge, es un crío urbanita de unos ocho o nueve años, justo la edad en que les pirran todas los artilugios tecnológicos y comienzan a creer saberlo todo; a no considerarse niños, y a traspasar la frontera de la imaginación infantil hacia la realidad adulta. Triste, muy triste, pero inevitable al fin.
Jorge se ve obligado a vivir una temporada en el campo y está muy contrariado. No puede vivir sin su tele y sin su consola –recordad, está publicado en 1987, ahora echaría de menos la tablet e internet. Los tiempos adelantan que es una barbaridad-.
En el campo, junto a un tío que apenas conoce, Jorge vivirá aventuras aún más emocionantes que con sus aparatejos tecnológicos. Tan alucinantes que no sabrá dónde acaba la fantasía y comienza lo real, o si la fantasía está en nosotros mismos. En sus bolsillos.
Cómo La chicharra gritona ¡Un caracol dorado! alude a la solidaridad, la amistad, la búsqueda del propio camino y apuntes ecológicos. No soy partidaria de “impartir doctrina” cuando escribo. Creo que un autor debe limitarse a plantear hechos y dejar que el lector piense por sí mismo, pero en el caso de la literatura infantil no está de más trazar caminos, sobre todo si son con miras a que los jóvenes lectores aprendan a respetar y apreciar el medio ambiente.
Bueno, espero que os guste lo suficiente para leédselo o pasarlo a la tablet de vuestros niños y que ellos mismos lo lean (lo ideal sería tenerlos en formato Epub o Mobi, pero mis habilidades informáticas no dan para tanto, lo siento).
El link, pulsando aquí.